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Un camino hacia el interior

Foto del escritor: Bea AzañedoBea Azañedo

“Las cosas no son tan comprensibles ni tan fáciles de expresar como generalmente se nos quisiera hacer creer. La mayor parte de los acontecimientos son inexpresables, suceden dentro de un recinto que nunca oyó palabra alguna…” Estas palabras son del escritor Rainer Maria Rilke, de su libro Cartas a un joven poeta. 

Hay tantas experiencias, sensaciones y pensamientos que se quedan en el interior de nuestro corazón, tan al fondo de nuestro ser, que me pregunto si algún día cobrarán forma y volarán como los gorriones. Libres. O si por el contrario, permanecerán siempre con nosotros. 

Felices los que saben que detrás de todos los lenguajes, se encuentra lo inexpresable. Rainer Maria Rilke

El poeta continúa así: “Y más inexpresables que cualquier otra cosa son las obras de arte: seres llenos de misterio, cuya vida, junto a la nuestra que pasa y muere, perdura”. 

No ha sido casualidad que haya escogido a Rilke para hablar hoy de él. Guarda un lugar especial en mi vida y en mi corazón, a pesar de que ya no esté en mi librería. No recuerdo el motivo. Quizá se lo dejé a alguien, pues cuando uno deja un libro, ¿no es como si compartiese una parte de su vida con los demás? Esté donde esté, no ha sido motivo para que me olvidase de él… ni mucho menos. 

El otro día tuve el honor de escuchar a Franco Nembrini, escritor italiano, autor de varios ensayos sobre la Divina Comedia que recomiendo leer y profundizar. Venía a decir que las obras de arte nunca mueren, pues un libro, un cuadro, una escultura, una canción están en continua transformación, pues adquieren el significado nuevo y personal que cada uno le da. Al leer, al contemplar, participamos y colaboramos de esa historia o creación.

Leí a Rilke en una época especial y cargada de significado. Estaba viviendo en Verona, al norte de Italia, y recuerdo como si fuera ayer, que nada más llegar a la ciudad, todavía sin conocer a nadie, los libros y la lectura guardaban un lugar especial en mis días.

Mi dormitorio tenía las paredes verdosas y un armario rústico junto a estanterías donde amontonaba una pequeña selección de libros, libretas y cuadernos que traje de Madrid. Lo mejor de esos pequeños metros de intimidad era la gran ventana que daba al exterior, donde cada día me asomaba a contemplar las vistas repletas de árboles, vegetación y la torre del Duomo, la catedral de Verona. 

Por aquel ventanal respiraba aire fresco y entraban con fuerza los rayos del sol. Por aquella época me encantaba llevar blusas de flores, estampadas y un aire de libertad me invadía. 



Asocio el libro de Rilke con un atardecer que busqué sin cesar por la ciudad con una de mis amigas que conocí en esos meses. Subidas a un monte, el sol caía, y yo no podía quitarme de la cabeza aquel libro. Pues, cuando a uno le acompaña una buena lectura ¿no es como si esas líneas, las ideas, los personajes, te acompañasen durante tu vida más cotidiana? Seguro que os ha pasado alguna vez. Para mí, la luz de aquellos días estaba invadida por la sinfonía de las palabras de Rilke. 

En concreto, el libro de Cartas a un joven poeta trata de los consejos que Rilke sugiere a su alumno lleno de dudas, pues no sabe si debería ser escritor o no, y en un momento dado, le recomienda:

Nadie le puede aconsejar ni ayudar… Nadie. No hay más que un solo remedio: adéntrate en ti mismo. Busque hasta descubrir el motivo que le lleva a escribir. Averigüe si ese motivo extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Ante todo, pregúntese en la hora más callada de su noche: “¿Debo yo escribir?” Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si la respuesta es afirmativa, entonces, conforme a esa necesidad, construya el edificio de su vida”.

Esto no ocurre solo con la escritura, sino que Rilke nos traspasa un consejo aún más grande: edificar nuestra vida conforme a la necesidad más sincera que nos pide nuestra alma. Me imagino un edificio, cuyas bases están construidas conforme nuestros anhelos y deseos más profundos. Y desde ahí, el edificio crece hacia lo alto.

Preguntarnos en soledad, en esos ratos más íntimos con uno mismo, y descubriremos respuestas que solo podemos encontrar en un camino hacia el interior. 


Rainer Maria Rilke

 
 
 

22 Comments

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Marisa
Nov 20, 2024

Querida Bea, por fin aparezco para felicitarte. Tienes una exquisita sensibilidad que te hace pintar con las palabras. Has cogido a Rilke que a mi también me gusta. Gracias por este regalo.

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Guest
Nov 16, 2024

Gracias Bea, nos conduces con tu escritura a esa maravillosa y desconocida zona de nosotros mismos , allí donde nos cuesta ĺlegar sin un "poder" de ir "escabando y ahondando" que nos facilite el camino hacia ese misterioso tesoro que guardamos cada uno... Y nos muestras la clave con esa habilidad especial que Dios te regala para ser un poco de su Luz para nosotros, que buscamos incesantemente... Y lo haces también de la mano del hasta ahora, para mí desconocido, escritor y poeta RILKO, Gracias también por eso, lo incluire entre mis libros, tantos sin leer..., en los próximos días...

Espero asi conseguir "hacer expresable lo inexpresable"...

Por todo Gracias Bea....

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Pablo Liu
Nov 16, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Enhorabuena BEA, Gloria a Dios, un abrazo de la Virgen Santísima.

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Guest
Nov 15, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Que increíble capacidad de trasladar al lector a esos rincones que fueron tan especiales! Ojalá poderse expresar con tanto sentimiento y calidez.

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Margi
Nov 15, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Que maravilla Bea, que bien escribes! Es un texto precioso, que ayuda a reflexionar, y que seguro leeré mas veces. Felicidades!!

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