Las anotaciones a pie de página de tu vida

Una vez me contaron que los verdaderos poetas nunca escriben. En parte, entiendo esa frase, es uno de los motivos por los que decidí, hace ya un año, abrirme este blog, para poner por escrito lo que pienso, lo que siento y observo conforme vivo. 

Por otro lado, no estoy tan de acuerdo. Pues es como si le dices a un enamorado, que no ame; o a un músico, que no componga. Como si todo se quedase en el mundo de las ideas y no en el de la acción.

¿Tentador? ¿Romántico? Un sin sentido quizá para los más pragmáticos.

Un profesor que tuve en la universidad nos solía decir que a la hora de hacer un trabajo o un examen, los alumnos nos dejábamos lo más importante, lo que tenía más valor, en las anotaciones, en nuestros borradores, y no llegábamos a compartirlo en el examen.

Tiene sentido, muchas veces, lo que es más esencial nos lo guardamos para nosotros mismos, como si fuera un tesoro. Como las anotaciones a pie de página de una novela, o lo que escribimos en los márgenes de los libros. Como cuando se han descubierto verdaderas obras de arte o mensajes en el reverso de los lienzos. A veces, tenemos algo tan grande, que no lo llegamos a expresar como merece. Quizá pensamos que el misterio cuidará mejor de ello.

El reverso de un cuadro con las anotaciones del artista

Por eso, hace un año, intenté poner por aquí mis anotaciones que se quedarían a pie de página de mi vida. Me encanta poder escribir aquí, como un lugar donde hago lo que más me apasiona sin necesidad de que entre en juicio o en valor de los demás. Un lugar donde no importa la productividad, sino la libertad.

Me encanta que los artículos vengan a mi cabeza, sin tener que forzarlos, como un encuentro que surge desde la necesidad, no desde la productividad, y entonces, me paso días con las ideas que pululan por mi cabeza y revolotean. 

Hasta que una tarde, decidí que, junto a una buena infusión y música de jazz de fondo, sería el momento de compartir aquellos “pie de página” de mi vida, que en el fondo, revelan la identidad de cada uno. Porque sí, a mi también me cuesta pausar mi rutina y pararme a contemplar.

Qué importante me parece que tengamos una actividad que no se mida en resultados. Simplemente realizarlo por pasión, por puro amor… por cuidar de nuestra libertad interior.

Los “pie de página” de tu vida, y de la mía, en el fondo, revelan la identidad de cada uno. Revelan quiénes somos cuando nos quedamos con la esencia, con lo verdaderamente importante que es lo que somos, no lo que hacemos o tenemos.

¿Cómo te definirías si tuvieras que verte conforme a las anotaciones que se quedan en tu borrador, conforme a lo que sueñas, o a tus anhelos?

¿Cómo son tus anotaciones? Cuál es tu lenguaje, escribes o usas dibujos, juzgas (y te juzgas) o prefieres mirar todo con más benevolencia, e involucrarte para entender lo que les sucede a los demás.

A veces, me gustan más las conversaciones que se nutren en los museos paseando por las salas, entre un grupo de amigos, que las piezas de obra en sí. (Con todo el respeto hacia el arte, pues soy una verdadera amante de los museos...). Pero es el ambiente que despiertan estos lugares en cada uno de nosotros. Es lo que produce en nuestro interior.

La vida es lo que hacemos de los lugares más cotidianos, y contemplar las cosas "más triviales" del día a día es lo que nos ayuda a ver lo que hay en la realidad, aquello de nuestro día a día que si no pasaría desapercibido. Una mirada, un silencio, un gesto, unas palabras. Y depende de nosotros, de nuestra creatividad, darle un tono distinto, más alegre o más apagado y un sentido que te lleve al encuentro contigo mismo y con los demás.

Gracias por haberme acompañado en un artículo más.

Nos vemos en el próximo y mientras tanto...

Párate a contemplar.